MITOS

.
Mito 1: Con 15 años eres demasiado joven para ir a un concierto de rock.

Falso.

Aquella vez, lo pasé estupendamente, a pesar de que fue muy duro estar entre tanta gente (60.000 almas), y con lluvia, aun hoy, es un recuerdo que me hace feliz. No había móviles con cámaras, ni nada de eso, así que no hay video, pero si hay memoria y aunque ya han pasado muchos (18 para ser exactos) años, sigo creyendo que fue un gran concierto.

Esa edad, o cualquiera es perfecta para ver un espectáculo que te guste. Punto.

(Debo decir la verdad: el mejor fue el de Pantera, un año y un mes más tarde, pero eso queda para otro día, porque no es de este post).

MITO 2: Con más de 30 años, eres demasiado mayor para disfrutar de un concierto de rock.

Falso.

¿Y entonces según la gente, cual es la edad buena para disfrutar de un concierto? Desde las 12:00 de la noche de tu cumpleaños número 22 hasta las 12:00 de la noche del día antes, a tu cumple número 23?.

Soberana estupidez. El viernes, me lo pasé genial, y aunque he cambiado en cuanto a lo que disfruto, ahora tengo mas ventajas: más experiencia en estos temas (sé dónde ponerme, las mejores vistas), más dinero (para estar bien feliz con mi coca cola en la mano, volver en taxy, etc) y aún más ganas de disfrutarlo (porque ya no puedo ir a tantos, así que disfruto al 1000% de los que voy).

MITO 3: Sebastian Bach esta gordo y Skid Row ya no mola.

Falso.

Cuando creía que ya nada en el rock me podía impresionar ya, sale este tio, en perfecto estado físico (mejor, en mi opinión que hace 20 años, porque ya no parece una chica), con una energía que ya quisiéramos los demás, con una voz estupenda, con una agilidad inmejorable, pero sobre todo: CON UN ESPIRITU de Buen Rocker como no había visto desde hacía muchos años.

Tocar para 4 pelagatos (escasos doscientos aficionados seríamos como mucho cuando comenzó, a las 8 en punto), como si lo hicieses en el Tokyo Dome ante miles y miles de espectadores, es a mi parecer, más que loable: Te hace sentir especial. Y eso fue lo que hizo Sebastian el viernes. Tocó para Zaragoza como si le fuese la vida en ello. Nos regaló casi hora y media, que valió la pena cada segundo y minuto. Como bien lo dijo el “tuve que esperrarr 20 añios par poder star en Zaragouza”.

Y yo, tuve que esperar otros 20 para verlo en vivo. Pero Valió la pena.

Valió la pena verlo hablar español, verlo brincar, correr, cantar y sudar hasta quedar sin aliento. Valió la pena verlo dedicarle una cancion a su esposa, (guapaaaaa!!) Maria, con quien "a pesar" de tener 3 hijos, sigue estando y teniendo cara de enamorado... Valió la pena verlo entregar agua a los niños que desde primera fila se disfrutaban su actuacion. Valió la pena verlo a menos de un metro, y tomar unas fotos que no olvidaré nunca. Valió la pena verlo pedir tiempo para tocar "dos mas"... y concedernos un telonero simplemente de lujo, con una actuacion intachable y espectacular. ¡Gracias!

MITO 4: Cada año que pasa soy más paciente.

Falso.

No. Mi impaciencia se ha vuelto simplemente crónica.
No.
No vuelvo a esperar DOS HORAS 15 MINUTOS por nadie en este mundo. Y a Axl menos que a nadie. Mi tolerancia con el “Divismo” he descubierto que es nula. He sobrepasado mi cuota de por vida con esta espera. Sumémosle las anteriores, por ejemplo de Korn, los Red Hot y algunos otros "divos divinos" que he visto en vivo, eso si, luego de esperarles un bueeeeen rato y entenderán el porque de mi intolerancia: Como con los políticos, su poder reside en mi. En quienes pagamos para verlos.

Y me niego a pagar ni un duro más a alguien para que me haga esperar de esa forma. El cambio de escenario y probar los instrumentos, les llevó media hora. ¿Porque la otra hora y 45 minutos? ¿Porque puedes? ¿Porque te lo permitimos?...

Y lo peor: ¿Tanta espera para qué? ¿Para que luego, me dieran un concierto bastante mediocre, normalito, aunque con mucho efecto especial, fueguitos y pirotecnia, y confeti, pero sin siquiera unas palabras?.
¡No nos regaló ni un "buenas noches"!.

Ahora que lo pienso, nunca sabré si Axl tenía idea de donde estaba tocando... como nunca lo dijo, ni se dirigió a nosotros más que para presentar a su banda… y con la excusa de cambiar de vestuario estaba frente al publico nada más que lo estrictamente necesario… pues no lo sé... me quedaré con la duda...

MITO 5: Tres Guitarristas buenos, son garantía de un sonido inmejorable. ¡No pueden equivocarse los tres a la vez!

Falso.

Oh si. Si que pueden equivocarse ¡Y a la vez!. Y hacer un ruido tan horrendo e infernal, que hasta las grabaciones de calidad se hacen imposibles.

Tres guitarristas buenos (porque los tres son estupendos músicos), en este caso, solo se resume en un escándalo de dimensiones épicas.

Calculemos: Tres solos de guitarras (uno en la presentación de cada guitarrista). Cada solo, aproximadamente, de 15 minutos… Más los solos de las canciones que -originalmente- o llevan uno mas corto o no llevan y aqui tienen unos laaaargos hasta lo imposibleeee...

Total del cálculo: Más de medio concierto son solos de guitarra... Es para pensárselo ¿no?. ¿Porque está planeado así?.
Otra duda con la que habré de morir... supongo...

MITO 6: Conocer gente por internet sale mal. Es malo. Y menos, si son a través de un blog, o cosas como esa.

Falso.

El viernes tuve el placer de conocer personalmente a Boris, ya que fuimos juntos. Y sólo puedo decir, que ha sido la mejor compañía posible para ver a esta banda: Su entusiasmo, sus ganas, aunado a su personalidad, me han demostrado una vez más, que los mitos existen para romperlos.

Conocer también a Eva, verlos juntos y sentir de cerca que las cosas si que pueden salir bien, por mucho que Murphy se empeñe en lo contrario, me han hecho recuperar esa fe, que a ratos perdemos en la vida.

Por tanto, sólo me queda darles las Gracias a Boris y a Eva, ¡han sido los mejores compañeros de concierto que una pueda tener!. Espero alguna vez, podamos repetir la experiencia (anda, ¡¡ven al de San Kike!!), pero como dijo Sebastian en “Zaragouzaaaaaaaa”

Un abrazo para ambos, con cariño.



Porque así como no podemos creer ciegamente en todo, sin razonarlo primero, así es como…

El Mar No Cesa.